24 febrero 2007

Primera foto pública de mi hijo más reciente

Para los arquitectos (al menos para los romanticones medio chapados a la antigua como yo) cada proyecto que emprendemos es como un hijo que gestamos. El simil va mas allá del uso del verbo "parir" para ilustrar el trasegar interminable del proceso y la satisfacción por el resultado; abarca también el orgullo que todo padre o madre siente al presentar a su criatura, el cuidado sutil que le damos al principio, la felicidad pueril que insufla el verle crecer...
Hace unos cuantos post atrás comentaba que me encontraba ocupado en varios menesteres, entre ellos el diseño de un nuevo edificio multifamiliar. Helo aqui, en simulación fotomontada. La verdad estoy bien contento por el resultado.



En aquel viejo post, Sin Anestesia me recomendaba algo así como incluir la visión femenina en la concepción de los apartamentos. Aunque en este fotomontaje no se aprecia el diseño interno, creo que lo logré; es decir, creo que pude proyectar cuatro tipos de apartamentos (se parecen mucho entre si, pero hay sutiles diferencias) que se adaptan a una gran variedad de usuarios. Aquí tiene cabida desde la viejita jubilada que vive sola con su asistenta y 3 perros y que a veces recibe la visita de sus hijos y nietos (apto 1-B, con jardín trasero, 2 habitaciones c/u con su baño y estudio convertible) hasta la familia numerosa y amante de las celebraciones (Pent House A, con 3 habitaciones, c/u con su baño, 2 niveles, cocina enorme, terraza con parrillero y balcones, susceptible de ampliarse); pasando por la familia convencional de 2 padres 2 hijos (apartamentos 2-A al 6-A).

La textura en ladrillo con detalles en friso grafeado gris creo le dan un aspecto resaltante en el entorno, sin llegar a agredir al mismo con superficies reflectantes, hay previsiones de seguridad (necesarias, despues de todo) como sistema de citófono con video, camaras en puntos estratégicos, etc; y hay opción de hasta tres lugares de estacionamiento por apartamento. Quizás el lado triste del asunto reside en el costo, o mejor dicho, en la coyuntura nacional; en donde paradójicamente quien proyecta este tipo de apartamentos muy dificilmente puede pagar lo que cuesta adquirirlos (doy fe de ello). Pero la felicidad de culminarlo no se verá empañada por esa realidad a la que ya estoy acostumbrado.

A este hijo lo que le falta es el equivalente a "presentarlo en prefectura"; es decir, culminar el trámite del permiso municipal, que se ha demorado por una sucesión de trabas burocráticas dignas del stalinismo duro, además del incumplimiento en los lapsos de respuesta de algunos organismos. Pero eso sería tema para otro post. Entre tanto, ya voy pensando en el cronograma de obra de este hijo, y deseando que pronto se presente el reto de proyectar otro!

18 febrero 2007

Las pequeñas cosas

Había una balada de Amanda Miguel (que luego popularizaron las Chicas del Can en versión merengue) que glorificaba la cotidianidad como fuente de felicidad, parte de su letra rezaba:

*Las pequeñas cosas de todos los dias
son las grandes cosas que tengo en la vida
unos brazos tibios
una noche fria
una luna llena
¡que rica comida!
un beso en el cine y otro donde no da el sol..."

Y los años me han enseñado que de eso se trata. Si nos ponemos en posición de esperar "La Gran Felicidad" se nos escaparán las pequeñas y sencillas alegrías que día a día la costruyen. ¡Cuantas cosas bellas, maravillosas y agradables nos ocurren cada día! Y lo peor es que a veces no las disfrutamos como es debido, por estar pensando en el compromiso de la tarde, en la presión del trabajo, en el tráfago del tráfico, en los rollos de la casa...
No se trata de ser irresponsable, sino quizás de vivir un poco más el presente y reaprender a regocijarse, como los niños, en los detalles de la cotidianidad. Hay tantas cosas que nos pueden dar gusto y que nos tropezamos a cada instante!
A mi me encantan: Los colores de la puesta del sol, la texura del pelaje de los gatos, el chocolate, el olor a café, la reaparición de un viejo amigo, Sabana Grande sin buhoneros, la música de ABBA, el Teatro de la Opera de Sydney, Internet, el viento frío, la leche condensada, la vista desde la Loma del Viento, el scrabble, el dominó, las grizapas de los cristofués, periquitos y torditos, la alegría loca de los perros, el aroma de la albahaca, escribir con pluma fuente, las franelas anchas y frescas, las excursiones a la montaña, el ruido de la lluvia en los techos de zinc, las novelas de Ciencia Ficción, amar y sentirme amado, comer mango maduro, el olor del chorizo a la parrilla, la cerveza helada, los chistes verdes, la camaradería, el efecto de las endorfinas después de una dura sesión de ejercicio, recordar episodios felices del pasado... y un larguísimo etcétera. Despues de todo, siempre hay motivos para ser feliz!

Y de regalo, un video de la Loma del Viento!

San Cristobal Venezuela Loma del Viento

04 febrero 2007

El look chavista

Supongamos que usted ya leyó el post “Como hablar chavista” (más abajo), pero desea ahondar en esa taumatúrgica tarea de asemejarse, no solo en verbo sino también en apariencia, a ese etéreo y particular concepto de “pueblo” que maneja el máximo líder y su rebaño. Recordemos que corren tiempos de atavismo disfrazado de postmodernidad en Venezuela, y el asimilarse a un ícono “políticamente correcto” (según los cánones revolucionarios, claro) le permitirá, así piense usted como el más acérrimo pacifista antibélico, no quedarse fuera de la verbena de contratos, colaboraciones, cargos de jugoso sueldo y regalías varias que la petrochequera oficialista ofrece, solo a quienes parezcan fieles acólitos del régimen. Van entonces estos humildes consejos:

Es importante que usted se imbuya del espíritu del ya cercano carnaval, y que esa tendencia no lo abandone en ninguna de sus salidas al público. Si usted todavía tiene escrúpulos, convénzase a si mismo de que está actuando en una gigantesca y larguísima comparsa, para que no le remuerda la conciencia. Revise la lista de looks oficialistas que a continuación se expresa, y adhiérase a la tendencia que más le convenga.

1) Look “Guerrillero Urbano”. Muy útil para los más jóvenes, sobre todo si desean aparentar una absoluta consustanciación con el discurso del régimen, indispensable si se aspira a algún cargo público o diplomático de cierta relevancia. No se recomienda para mayores de 40, a menos que no teman verse como los émulos raquíticos de Rambo. Como elementos base de este look, cultivado por gente como la inefable Lina Ron, es importante que usted se provea de abundantes pantalones de camuflaje y franelas con consignas rojas o negras, botas militares y deportivas tipo prokeds, mejor si son rojas. Además:
Ellas: Pelo despeinado pintado en amarillo peróxido con raíces notorias, gorra de besibol. Cero maquillaje (o solo boca muy roja) y nada de ombligos al aire. Tatuajes del che, estrellas de 5 puntas, mao, el comandante marcos o similares. Evite los tatuajes cursis como Hello Kitty, mariposas o flores. Gesto adusto en la cara, como si tuviese hemorroides.
Ellos: Cabello en coleta o al rape, la franela siempre por fuera del pantalón. Morral (mochila) en su espalda, preferiblemente con algún texto adentro como “El Oráculo del Guerrero” o “El Arte de la Guerra”, así ud. no lea nunca. Se admiten jeans rotos y desteñidos y chaqueta verde oliva en caso de frío, con el único requisito de que esté percudida y olorosa a sudor añejo. Mirada perdida. Si ud. no tiene una cicatriz en el rostro, inflíjase una, o píntesela con un lápiz de delinear cejas. Otra opción es usar un pasamontañas, aunque la temperatura sea de 38º. Eso le dará un aire revolucionario-chic, muy exitoso en la actualidad.

2) Look “Camarada Juan Bimba”. En este caso, se trata de parecer un antiguo militante del ala rural del extinto Partido Comunista de Venezuela, de esos que supuestamente creían en la vida en comunas y habían renunciado a los bienes materiales. Si usted necesita que no le invadan su hacienda de 2.000 hectáreas, un crédito blando para comprar 250 tractores o alguna minucia similar, váyase por esta tendencia, exigente pero eficaz. Es imprescindible que se compre unas alpargatas usadas (o desgaste unas nuevas) y no se corte las uñas de los dedos de los pies por un mes o dos. Hable siempre muy bajito y si es posible, mándese a extraer una o dos piezas dentales. Como particularidades por género tenemos:
Ellas: Faldones de tela hasta el suelo, con faralaos deshilachados y en tonos rucios. Blusa alguna vez blanca (ahora gris mal lavado), floreada o franela con alguna consigna antigua (esto es imprescindible) como “José Vicente ‘78”. Cabello largo, recogido con ganchos o coleta. Maquíllese solo las mejillas con bastante rouge y la boca en rosado, y use un perfume barato. Uñas cortas y pintadas en rojo, algo desconchadas.
Ellos: Pantalón de poliéster años 70, en marrón o negro. Camisa manga larga en color terroso, de ser posible remendada, siempre abotonada hasta el cuello. No use camisa colorida, parecerá un cantante de música llanera. Bigote mal recortado, barba de un día. Si usa anteojos, parta una de las patas y luego remiéndela con cinta adhesiva. Lleve apretada en su mano una bolsita de papel. Todos los camaradas Juan Bimba la usan, aunque nunca se sabe lo que hay dentro (tampoco importa). Es de gran ayuda a este look la costumbre de mascar chimú, trate de adoptarla.

3) Look “La Década Maravillosa”. Si usted es de los que cree que el mundo perdió parte de su magia el primero de enero de 1970, este look le calza a la perfección. Se recomienda además en asociación a profesiones creativas y académicas; de modo que, independientemente que haya sido el último de su promoción y haya durado 22 años estudiando una carrera de 5; si pretende que le asignen una cátedra en la universidad bolivariana, en la universidad de las fuerzas armadas o en la misión robinson; o si desea una beca para irse a estudiar arte en Albania, Korea del Norte, Mongolia o Timor Oriental, le recomendamos que adquiera ya su bolso tejido tipo mapire, su collar de pepas y sus sandalias artesanales en cuero; y lleve siempre con usted el Bhagavad Ghita, además de los siguientes detalles:
Ellas: Vestido hindú, pelo largo y liso con raya al medio y vincha tejida, pulseras de madera y cueritos, cadena con el símbolo de la paz, y cualquier detalle artesanal que quiera añadir. El barroquismo de este look se lo permite. Eso si, mucha cautela con el maquillaje y el jabón.
Ellos: Pantalones acampanados y raídos en sus bajos, camisola ancha bordada, lentes redondos (aunque no tenga ninguna falla ocular), bigote y barba. Guarde el celular, el ipod y otros accesorios contemporáneos en una bolsa de macramé dentro de su mapire. Alguna extravagancia como un anillo de marfil nunca está de más. Es imprescindible que hable despacio y use las palabras de la época, como “cagante”, “broder”, “equífero” y otras.

4) Look “Étnico”. El pasticho ideológico oficialista tiene sus preferencias y su propio código de discriminación. Así pues, antes no importaba si se era hijo de Portugueses, Indígena, Japonés o Argentino, la discriminación no existía. Ahora si se discrimina; se le da preferencia a ese aún inasible concepto de “sur”, entonces es más fácil obtener favores del gobierno si se simula pertenecer a algún grupo étnico que, según la visión oficialista , haya sido “pisoteado por el imperio”. He sabido de hijos de italianos que pronuncian su apellido distinto y se hacen pasar por yanomamis, y de españoles que, aunque sean de Canarias, se convierten en vascos y le meten varias rr y k a sus apellidos para presumir vínculos con la ETA, cosa que les da prestigio a los ojos del actual gobierno venezolano. En este caso, si usted tiene la piel y/o la conciencia lo suficientemente oscura para intentarlo, puede pretender pertenecer a una de las etnias que gozan del visto bueno del régimen. Pruebe algo de esto:
Ellas: Batola guajira, burca, tela de color vivo enrollada en el cuerpo con peinado B-52.
Ellos: Trenzas tipo rastafari, narguile, poncho tejido.
Trate de no mezclarlo todo, ya que se parecerá al Ekeko.

5) Look “Boliburgués – Clase Media en Positivo”. Aquí lo importante no es la vestimenta (con una apariencia vulgar de nuevorrico es suficiente) sino los accesorios. Desplácese en una camioneta Hummer, consuma whisky 18 años, use más cadenas y collares de oro que un cantante de rap, muestre fotos de sus casas en Florida y de sus vacaciones en Polinesia, etc. Por supuesto, adhiera en sus carros unas calcomanías con la leyenda “uh ah chávez no se va” para que no lo vayan a confundir con un oligarca. Es importante que a las damas se les note que acaban de hacerse la liposucción y la reconstrucción nasal, y que los caballeros pregonen sin cesar que su salud cardiaca es excelente, según acaba de dictaminar la clínica de Houston o Atlanta donde se hizo el chequeo. Y siempre diga que su prosperidad, como la de todos los venezolanos, se debe a la revolución. Evite temas espinosos como los niños de la calle o la carencia de medicinas en los hospitales, eso no pasa en Venezuela gracias al máximo líder. La ventaja de este look es que abre muchas puertas en las licitaciones, ya que una persona próspera no se quejará cuando le pidan su comisioncita del 30%.

6) Look “De Odio Puro”. En este caso, como en el anterior, la vestimenta es lo de menos. Aquí lo que vale es cultivar miradas, gestos y frases de odio. Hable siempre gritando e insultando. Ofenda y descalifique a todo lo que le parezca ajeno al régimen, aunque no tenga ninguna otra referencia. Mantenga su mandíbula tensa y proyectada hacia delante y frunza el ceño sin descanso. Fíjese en estos videos, y trate de imitar estos personajes.
http://www.youtube.com/watch?v=Uc4XhrIB3rM
http://www.youtube.com/watch?v=qM_Wyvhvu9Q
Le garantizo que si logra emular estas conductas logrará su cometido de obtener lo que desee del gobierno, ya que esta es la actitud más promovida por el régimen castrense de Venezuela.

Y por supuesto, la ilustración de las tipologías fasion descritas:



PD: Tal vez este post suene un podo odioso, no es mi intención ofender. Pero me decidí a publicarlo al ver que hoy el reyezuelo se encadenó, glorificando las matanzas de su fallido golpe de estado de hace 15 años. El odio no cesa de allá para acá, así que algo de veneno de aquí para allá compensa.