13 diciembre 2009

¿Que le paso a la radio en Venezuela?

Hay cosas que van desmejorando progresivamente, lentamente, gradualmente. Y tu, pensando que todo sigue igual, normal. Y de repente algo te hace caer en cuenta y reaccionas y te preguntas ¿Y que le pasó a esto?

No estoy hablando de la situación política, económica o de libertades en Venezuela, aunque el comentarío serviriía. Estoy hablando de la radio en Venezuela.

Si hay que definir un momento en el cual el hacer radio en Venezuela comenzó a depauperarse, yo diría que, paradójicamente, fue con el surgimiento de las FM, en 1989. Yo recuerdo el gozo que sentía al escuchar RSC, 1060 AM, en San Cristóbal. Música balanceada (predominantemente anglo), voces sin estridencia, dosis pequeñas de comerciales, comentarios comedidos y en la medida justa. Nada de monólogos pseudo graciosos y ridículamente locales de media hora de duración, nada de voces falsamente atipladas e impostadamente juveniles. Y mucho menos eso, tan frecuente en la radio venezolana de hoy, de sintonizar una emisora, y oir comerciales 20 minutos, luego diez minutos de perorata del locutor y luego tres minutos de música... antes de dar paso nuevamente a comerciales.

No se si será por la crisis, por el personaje aquel que nos acoquina, o por las dos cosas, pero entre propaganda y noticias relacionadas con el locatario de miraflores se va el 90% del tiempo. Y el otro 10%, en música dudosamente audible. O las mismas viejeras de siempre (que hasta a mi terminan cansando) o lo peorcito de lo que se hace ahora. Y ojo que no estoy hablando de las emisoras "populares". Para esas no tengo calificativo publicable.

Y yo me pregunto ¿Que ocurrió con la radio en Venezuela? ¿No hay nadie que le diga a Chataing que ya esta bueno de repetir sus frases huecas con pretensión de humor urbano? ¿No hay quien le advierta a las emisoras que transmiten para varias ciudades que en Maracaibo o Puerto Ordaz a nadie la interesa que la Cota Mil tenga cola? ¿Habrá quien el diga a Martha Colomina que, por muy horrible que sea lo que actualmente pasa, a veces provoca oir hablar de otra cosa que no sea el innombrable? ¿Quien se atreverá a decirle a los de Ateneo FM que su buena intención de colocar música poco convencional se ve empañada por las muy convencionales imposturas y fingimientos de sus locutores? ¿Y quien le dirá a 92.9 FM que tiene audiencia que supera los 15 años, y de vez en cuando pueden hablar en castellano y no en jerga de colegio caraqueño?

Internet, claro, nos permite escapar de esas dictaduras (por lo menos hasta que lo prohiban) y gracias a ello ahora estoy todo el tiempo que puedo pegado a Radio 24, de Zurich, emisora que me hizo recordar la radio Venezolana de mi adolescencia, cuando el énfasis estaba en la música y no en el ego de los locutores. Y además, gracias a ellos, descubrí que hoy en día se sigue haciendo música grandiosa, solo que las emisoras aqui se empeñan en esconderlo y en quedarse pegados en calle 13 (o calle ciega, o calle 8, o calle la jeta, o como se llamen) y similares.

El Link de Radio 24 aqui: http://www.radio24.ch/

06 diciembre 2009

La tolerancia unidireccional y la (e)lección Suiza

Admiro a los Suizos por muchas cosas. Entre otras su neutralidad, su confiabilidad, y ese modo de hacer grandes cosas calladamente. Y este pasado 29 de Noviembre, Suiza le dio una excelente lección a Europa y al mundo.

Resulta que se llevó a consulta pública la moción de prohibir la construcción de minaretes en Suiza. Y fue aprobada. Algunos lo ven como intolerancia. Yo lo veo como sana prevención.


Hay que estar bastante desubicado (como lo están algunos líderes de la izquierda caviar europea) para negar las pretensiones expansionistas musulmanas, sobre todo en europa (que a este paso, muy pronto deberá ser llamada "Eurabia" como lo predijo acertadamente Oriana Fallaci en un impecable artículo, visible aqui). Y entonces algunos suizos, en su tradicional estilo callado y eficaz, decidieron que no querían ver su entorno urbano -tradicionalmente de baja escala- estropeado con minaretes. o quizás les incomodaba el saber que cinco veces al día iban a escuchar a un vociferante muecín llamado (en árabe) a orar al estilo musulmán; o probablemente entendían, como lo entiende cualquiera con dos dedos de frente, que el minarete es símbolo del poder expansionista musulmán. En todo caso, lograron que se convocara a una consulta, y ocurre que casi el 60% de la polación votante aprobó la prohibición de construir mas minaretes en Suiza. Bien por ellos. Que conste que la prohibición no impide la construcción y uso de mezquitas. Solo los minaretes, al fin y al cabo, no necesarios para la practica del mahometanismo.

Por supuesto, la izquierda caviar europea se rasga las vestiduras, algo predecible. Total, para ellos todo lo que se oponga a Estados Unidos les parece simpático y les genera solidaridad automática. Es inaudito que no se hayan dado cuenta que el discurso musulman busca destruir la cultura occidental y convertir a toda la humanidad al mahometanismo. Si, incluyéndolos a ellos. Se podría decir que esto lo propugna el discurso musulman extremista, pero no el moderado. Y yo pregunto ¿existen musulmanes moderados? Porque nunca se manifiestan. Nunca he sabido de mahometano alguno deslindándose publicamente de Bin Laden y su caterva de terroristas, o lamentándose de las lapidaciones a mujeres por mostrar un brazo o un mechón de cabello.

Pero aun olvidándonos de todo esto, queda un punto por analizar. ¿Por que la tolerancia religiosa debe ser unidireccional? Cuando en La Meca, Riyad o Teheran permitan erigir una estatua de la Virgen María o al menos construir una iglesia cristiana, podrán los mahometanos pedir que se les deje construir minaretes. Cuando las mujeres occidentales puedan salir en pantalones y tomar vino en un pais musulman, entonces se podrá negociar que a las musulmanas se les pernita usar la burca y la pañoleta (chador) en occidente, si les apetece.

Entre tanto, en paises como Afganistan, las turbas ignorantes siguen matando cristianos, por supuestas ofensas al corán. Y nadie dice ni hace nada.

Esta vez, al menos los Suizos se pronunciaron en algo.