La insensatez del deconstructivismo y la estulticia de admirar porque si a los arquitectos Prima Donna que estropean ciudades con el aplauso de foca de sus majestades las revistas de arquitectura está muy bien discutida y planteada en el texto “Antiarquitectura y Deconstrucción” de Nikos Salíngaros, disponible en formato electrónico en el site
http://www.math.utsa.edu/~salingar/AAAD-Spanish.pdf
Lo que yo quiero recalcar es que la belleza de lo caótico, de lo trash, de lo abandonado está muy bien… si no te toca convivir con ella. Spencer Tunnick alabó la avenida Bolivar de Caracas porque “combina belleza y caos” pero ¿Por qué no se quedó a pasear por allí de noche, y compartir con lateros, jíbaros, hampones y malvivientes? ¿Vivirían esos urbanistas europeos que admiran la distribución de los barrios marginales en “la bombilla de Petare”, Mamera, “La Antena” de Barquisimeto o cualquier cinturón de miseria latinoamericano? Lo dudo mucho. Como dudo también que los adalides del deconstructivismo vivan en las ininteligibles obras de “arquitectura para revistas” que proyectan. Se mira y no se toca.

P.S. Quiero aclarar que el término “caos” se usa aquí como sinónimo de desorden, prescindiendo de las connotaciones de la teoría del caos.
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