24 enero 2009

¿Que significará "Saldivia"?

Una de mis sentencias preferidas, por lo lapidaria y contundente, salio de la bocota de ese genio de la cultura pop que es Mick Jagger. Hace poco tiempo dijo "Todo lo que esta pasando ahora ya lo he visto, por lo menos, dos veces". Y comento esto por ese subito renacer de la heráldica, ese sorprendente reverdecer de los blasones gracias al continuo crecimiento de las redes electronicas. Una ciencia a la que hace 25 años a nadie le importaba (a no ser que estuviese, como las Bejarano legendarias, tratando de establecer la nobleza de su linaje) es hoy motivo de acaloradas disputas, prolificos foros y, por supuesto, cuantiosas transacciones.

Desde hace tiempo estoy tratando de encontrar datos sobre el origen de mi apellido, como quien busca a donde pertenecer, quizas un poco desorientado por no detentar uno de esos apellidos terminados en "___ez" que significa "hijo de" (Sánchez, hijo de Sancho, Rodríguez, hijo de Rodrigo y así sucesivamente). Mi viejo siempre decía que los Saldivia vinieron de Líbano, huyendo quien sabe de que cruenta venganza de sangre, deuda impagada o virgen desflorada... o quizás por motivos menos románticos o belicosos, como la miseria. El caso es que (siempre según el viejo Alberto Saldivia, QEPD) en Líbano los Saldivia eran "Salik" que significa "La Cruz" y que al pasar por España cambiaron su apellido (cosa muy común en ese siglo XIX de transmutaciones y migraciones) e inspirandose en la población Guipuzcoana de "Zaldivia" adoptaron este apellido, no sabemos si el cambio de Z por S es debido a ignorancia, error de transcripción u otro motivo. Esos Saldivia llegaron a Venezuela en dos oleadas, los primeros se asentaron desde el principio en la sierra falconiana (ramal del que desciendo), siendo uno de los exponentes mas nombrados de este linaje Juan Baldomero Saldivia, que según se dice engendró mas de 50 hijos (no se si enorgullecerme o avergonzarme de ser familia de tal personaje). La segunda oleada pasó por Maicao (Colombia) desde donde vinieron, con pingües fortunas amasadas, a establecerse en Barquisimeto y sus cercanías, y de allí se han extendido por otras partes de Venezuela. De este ramal son los Saldivia de "Saldivia Motors" y los que han tenido figuración política en la nación.

Hasta ahí lo que me contó mi viejo, que nuna usó internet, pero tenía buena memoria y una abuela mucho mas cercana al origen de esta historia. Yo, que si uso internet, he buscado sobre el origen de mi apelido, su etimología y escudo (si es que lo tiene) y me he encontrado con:

- Una apreciable presencia de los Saldivia en Chile, partes de Argentina e incluso Uruguay. Ignoro si esos Saldivia estarán emparentados con los de aquí.
- Una fábrica de carcasas de autobuses (en Argentina) que se llama "Carrocerías Saldivia".
- Un website que asegura que este apellido desciende de las casas solariegas del sur de España, y que promete enviar el escudo de armas mediante el pago de la módica suma de 72 euros.
- Otro website que asevera que aunque el apellido no aparece registrado en los folios de nobleza de Aragón, seguramente posee un origen hidalguesco, por lo que no debería esperar ni un instante para pagar 96 euros, necesarios para que me envíen la historia de mi apellido y su escudo de armas, impresos en cartulina opalina en formato A4.
- Este blog.

Además, un libro que leí asegura que el apellido Saldivia es una corrupción de "Zaldívar", que en protovasco (o Euskera) significa "Campo de Caballos" y la descripción de su escudo es algo asi casi inentendible como "en un campo de gules, torre de azure en el cuartel superior izquierdo con lucero de plata rampante semi prevalente y oriflama de sable" y no recuerdo que otras marramucias pseudomedievales que parecen sacadas del Romancero del Cid.

En todo caso, el solo saber que llevo el mismo apellido de mi papá, a quien admiré en vida y cuya memoria tengo siempre presente, basta para sentir un inmenso orgullo, mas allá de los blasones, escudos recargados de detalles churriguerescos y leyendas de epopeyas añejas.

Y además, me gusta como suena.

10 enero 2009

El salto cuantico de la informacion: El Latin y el Tecktonik

Una de las cosas que no cesa de sorprenderme (y agradarme) de esta ya madura internet, es la posibilidad de saltar de un tema a otro completamente diferente (casi siempre insospechado) con pocos clic de diferencia. Esta mañana estaba leyendo una cuasi soporifera informacion sobre el uso del latin en españa, en el sitio de consulta http://www.elcastellano.org . De pronto, salta a mis ojos un título sobre las palabras de nueva aparición en el 2008 (en España, claro, que ellos siguen creyéndose dueños de la lengua castellana), y consigo el vocablo "Tecktonik" al que se describe en el areticulo asi: "Esta nueva forma de bailar —un frenesí de brazos que giran y se retuercen sobre la cabeza, movimientos que beben de las fuentes del hip hop, del techno o del voguing— causa furor y en Francia y, tímidamente, se ha colado en nuestros hogares a través de Internet. Sus estrellas son los Yelle."

Evidentemente, esa definicion sonaba muy invitadora, asi que sin perdida de tiempo entre en youtube y busque Tecktonik Yelle... y he aqui el resultado:



Nada mas alejado de una aburrida clase de latin en el que lánguidos adolescentes practican periclitadas desinencias con frases insólitas como "La Tua Mater Mala Burra Est" (Traducción: Tu Madre Come Manzanas).

Y bueno, como amante de la música agradezco la energía y freecura que aporta esta corriente del "Tecktonik". En francia ya hay clases de Tecktonik, equivalentes a las clases de bailoterapia de estas latitudes. Aunque Caracas, ciudad siempre ávida de recuperar su charm perdido de la época de la Venezuela Saudita, no debe tardar en albergar una academia de Tecktonik, a ser abierta por Maki Gorrondona De Las Casas Goytisolo, o alguna otra trasegada ex-burguesa local venida a menos...

03 enero 2009

Venezuela, Benesuela, El Gabo y el innombrable

Ya se siente lejano aquel 8 de Abril de 1997, en el que, en medio del Primer Congreso Internacional de la Lengua Española (Zacatecas- México), un atrevido Gabriel García Márquez lanzo esta invitación: "¡Juvilemos la hortografía!", ¡"Henterremos las achez rupestrez!". La andanada de críticas que suscito este dislate (una reseña de ese sainete aquí) obligó al Gabo a retractarse parcialmente de su acceso de locura, escudándose en circunloquios espesos e invertebradas excusas. Porque, aunque a primera vista no lo parezca, por estas latitudes la Gramática, Ortografía y Prosodia Castellanas tienen defensores tanto en las elevadas esferas de la escritura culta como en el llano descampado de la palabra hablada y el texto cotidiano.

Consultando algunas fuentes históricas, vemos que la Venezuela de 1941 había un 57,2% de analfabetismo, realmente un porcentaje muy elevado. Sin embargo, es de suponer que el 42,3% población alfabetizada leía y entendía adecuadamente, y se preocupaba por la corrección de los textos. Solo así se explica la brutal caída en la popularidad del candidato a la presidencia Ángel Biaggini, quien vio esfumarse sus posibilidades tras escribir “ENTUCIASMO” en una nota de agradecimiento (ver reseña aquí). La situación hoy día es diametralmente opuesta. Que la gobernación “Socialista” de Yaracuy publique un aviso en el que Venezuela se define como “BOLIBARIANA”, o que el website de la Onidex escriba “ALCARDIA” ya constituyen signos de depauperación del uso del idioma. Pero que el presidente de la República, supuestamente representante de todos los venezolanos, en un acto público escriba “FELISIDAD” en una pizarra es el colmo. No extraña el mutis del Ministro de Educación, ni de los tinterillos afectos al régimen, todos muy mordaces y agudos cuando de atacar al que piensa diferente se trata, pero solemnemente cómplices de cada burrada de su líder, desde el “ADQUERIR” hasta la “FELISIDAD”.

Así pues, la rimbombante declaratoria de erradicación del analfabetismo en Venezuela (2005) no acota el porcentaje de analfabetas funcionales incapaces de escribir correctamente; porcentaje dentro del que, seguramente, habría que anotar al locatario de Miraflores.

Creo que el desprecio del susodicho por las reglas gramaticales y ortográficas del castellano no constituye una travesura (como en el Gabo) y ni siquiera una rebeldía. Es ignorancia pura y dura. Sin embargo, igualmente estoy convencido que el uso de la lengua castellana en Venezuela se verá favorecido. Somos muchos los que procuramos diferenciarnos en cuanto sea posible de las conductas viles, chabacanas, marginales y erróneas de la cada vez más menguada horda de seguidores del actual régimen; y la congerie de disparates vomitados por el personaje de marras y sus seguidores antes bien genera el aliciente de emplear correctamente el idioma.

Al fin y al cabo, somos la tierra natal del brillante Andrés Bello, olvidado por este régimen por el imperdonable pecado de haber elegido las letras y no los fusiles como oficio. Llegará para el la reivindicación, como llegará también para el pacifismo, la concordia, la civilidad, el decoro y todas las virtudes poco practicadas por la mayoría de los acólitos del actual régimen.

Y Benesuela volverá a ser Venezuela