09 febrero 2008

Juan el Albañil / Jose el Arquitecto (Paradigmas)

Un buen conocido mio es "Comunista de Cafetín". Esta especie, muy abundante en Europa, tambien se deja ver por estas latitudes. Suelen ser ricos de cuna e ilustrados, y conversan citando autores poco conocidos, pontificando sobre los "poderes creadores del pueblo" y otras pendejeras. Pero jamas hablan (ni se les ocurre siquiera) de repartir sus abundantes bienes entre los lumpen proletariat o como se llamen los pelabolas en la jerga comunista. Estos individuos suelen escuchar esa (para mi criterio) predecible y aburrida forma de música que llaman "canción social", "canción protesta" o "canción necesaria".

Un día, el individuo de marras me habló trémulo de emoción, de un tema musical que había escuchado esa mañana, y que (trataré de repetir su discurso rimbombante) "escrutaba descarnadamente uno de los vértices mas evidentes de la injusticia social inherente a la sociedad occidental inhumana y capitalista" o algo así. La cacioncilla en cuestión se llama "Juan el Albañil" y habla de un albañil (pues claro) que ha construido muchos apartamentos y casas, pero que debido a la explotación, el imperio, la CIA o el chivo expiatorio que en el momento estaba de moda para los izquierdosos rancios, no tiene el dinero para vivir en ninguna de las casas o apartamentos que construye.

Pues tocándome de cerca el caso, me gustaria hablar de como veo yo el asunto.

Para empezar, si Juan el albañil agarrara los 40 millones de bolivares (de los que sirven, o sea, cuarenta mil diz que "bolívares fuertes") que le dan de liquidación cada diciembre y ahorrara siquiera la mitad, seguro que en muy poco tiempo tendría un buen apartamento. Pero quienes si deben tener buenos apartamentos son las prostitutas (o sus proxenetas) y los dueños de las licorerías, rubros en los que Juan el albañil y el 99% de sus congéneres invariablemente gasta sus utilidades en un período de dos a tres días. No podemos olvidar las taquillas del hipódromo y las agencias de venta de terminales de lotería, que también se quedan con parte de ese beneficio.

O si Juan el albañil tuviera una sola mujer y uno o dos hijos, en lugar de 15 o 16 hambrientos retoños repartidas en diferentes mujeres de diferentes ranchos, tal vez podría ahorar parte de su sueldo de tres millones de bolívares al mes para destinarlo a la adquisición de vivienda, en lugar de gastarlo comprandoles zapatos "Nike Air Jordan" o el modelo que esté de moda en el barrio marginal en el que vive, a cada unos de sus hijos adolescentes.

El que si está jodido es José el arquitecto, cuya representación gremial es mucho menos agresiva (por no decir que es blandengue o mejor, no existe) que la de los albañiles a la hora de fijar honorarios, de manera que matarse estudiando largos años, lograr un rendimiento académico impecable y tener la responsabilidad de generar proyectos y/o inspeccionar obras le genera menor ingreso (neto, bruto o como lo queramos medir, siempre es menos dinero) que el de Juan el albañil. A José el arquitecto nadie le ha escrito una cancioncita (afortunadamente) y cada días tiene menos esperanza de comprarse vivienda propia, porque los años pasan y los megaproyectos no llegan o mejor dicho, siempre se le asignan a alguien mejor conectado, mas "beautiful people" y/o mas inescrupuloso que el; por lo que debe resignarse a ser un empleado subpagado, lo que al menos suena mejor que dedicarse a trabajar como buhonero o taxista, que son las alternativas.

Esa si es injusticia social. Me gustaría que algún comunista o socialista, de cafetín o no, me la explicara.

3 comentarios:

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Me alegra mucho tu regreso. Efectivamente el relato que leíste es mío.

Todavía no te leí las entradas porque acabo de regresar de un largo viaje.

Luego lo haré pero por encima de todo que se marque la felicidad que siento al ver regresar a la actividad este blog.

Abrazos.

Sin Anestesia dijo...

Tienes tooooooooooooda la razón. ¿Es que sabes cuál es el problema? el mundo esta lleno de cabezas de guevo, vale, los imbéciles que piensan así abundan.
Es tan fácil echarle la culpa siempre al empleador, al que genera trabajo, en qué cabeza cabe, coño? Solo en los países atrasados y subdesarrollados como el nuestro. No digo que no hay quien se aproveche, pero la irresponsabilidad del venezolano tal como tú la describes es una realidad más grande que el Avila.
Un beso

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Tampoco aquí tendrán problemas. Los albañiles cobran mucho. Otra cosa son los autónomos (los que pusieron su propio negocio) y oficinistas de medio pelo como el que te escribe.

Ahhh se nos fueron, apenas existen ya comunistas de cafetín. A mi me gustaban, era curioso escuchar personas con discursos de otro siglo.

Saludos.