25 octubre 2005

Halloween

Cuando yo era niño, no había Halloween.

Al menos, no lo había en mi ciudad. Era una lejana referencia que aparecía en revistas latinas editadas en Miami, como Buenhogar o Vanidades.

Ni pensar que la gente se disfrazara el 31 de Octubre, los disfraces eran solo para carnaval; y mayoritariamente para los niños. Y a mi me daba como rabia de que fuésemos tan atrasados, tan rurales, tan ajenos a la cultura occidental que ni siquiera éramos capaces de celebrar el Halloween. Yo soñaba con comparsas de gente disfrazada de bruja o hechicero, con niños pidiendo dulces de puerta en puerta. Pero cuando trataba de incorporar esa realidad el contexto inmediato, no lograba ubicar esas comparsas en las calles oscuras e inseguras de mi ciudad, llenas de policías que estaban mas dispuestos a pedirte dinero o a amenazarte que a protegerte: menos a los niños vagando bajo ese sol a cuchillo de las tardes, sudorosos, con el maquillaje corriéndose por la transpiración. Y menos aún a las hoscas señoras de los alrededores, hurañas y tacañas, semianalfabetas, campurusas y gruñonas, regalándoles dulces a los niños.

Además que ninguna de las traduciones liberales o creativas de "trick or treat" me satisface.

Hoy ya se celebra el Halloween en Latinoamérica, gracias a esta inevitable globalización que no logran detener los ñángaras ilusos que apedrean los Mc Donald's ni las feministas enjutas que queman sostenes frente a las embajadas (la mayoría no tiene nada con que llenarlos, de cualquier modo). La gente se disfraza de bruja, mago, polichinela, arlequín, spiderman, tortuga ninja, teletubbie, diva del disco music, o lo que el presupuesto y la creatividad permita. Supongo que en algunas urbanizaciones metropolitanas los niños piden dulces y señoras amables, hiper educadas y con sus narices recién operadas les llenan sus bolsas con exquisiteces compradas para la ocasión, o preparadas en casa; ya que ser chef está de moda. La cosa se va pareciendo más a lo que imaginaba de niño.

Lástima que las calles de la ciudad de mi niñez sigan siendo tan estrechas, tan oscuras y muchísimo más inseguras que como las recuerdo, y que uno no sepa si es peor toparse con un ladrón o con un policía. Total, ambos van a procurar quitarte algo de lo que tienes. Si claro, hay excepciones. Hay ladrones honrados. Algún policía honrado debe haber.

Gústenos o no, ya el tema de Halloween o "Noche de Brujas" se va ligando a la cultura local, y es capaz que asome aún cuando la revolución cultural prohiba las manifestaciones culturales foráneas. Es que los venezolanos somos tan noveleros y nos gusta tanto lo foráneo que ese tema de la revolución cultural (tan rancio que suena, ¿verdad?) le va a quedar bien cuesta arriba a los ideólogos sesentosos del régimen. Para muestar un botón: La señora étnica que apareció con corona y banda como "Reina de la Resistencia Indígena" en las transmisiones de un canal progubernamental el 12 de octubre. Solo faltaba que la banda dijese "Miss Warao" o "Miss Yanomami" y que los cirujanos le hubiesen operado la nariz, el busto y las caderas, para que luciese mejor sus movimientos al ritmo de "En una noche tan linda como esta".

2 comentarios:

maria caraota dijo...

la globalizacion amigo... la globalizacion esta haciendo que comamos sushi en mitad del tropico y celebremos jaloguin mientras nos tomamos un juguito de mango y nos montamos en un metro de fabricacion en francia y nos sentemos en nuestra computadora de marca "todomenosvenezolano" y escribamos en nuestro blog :)

saludos!

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Camilo Ernesto Reyes Rodríguez dijo...

El "Halloween" ("Al Hallows Eve") no tiene nada que ver con nuestra idiosincrasia indígena, negra y española (mas viene viene de costumbres celtas en que se invocaba las "fuerzas de la naturaleza", así que de "ocultista" no tiene nada), sin embargo los venezolamos adoptamos estas costumbres como fueran "propias" (Y la mayoría de las veces es un "bonchecito" en una casa o en una discoteca)...